De cara al futuro

Son muchos los caminos abiertos que aún tiene la catequesis latinoamericana en el futuro. Hay que decirlo: ella tiene porvenir, porque está dotada del poder del Espíritu que va recreándola en nuestras comunidades. • En primer lugar comprobamos la mayor claridad teológica que la catequesis tiene entre los ministerios proféticos de la comunidad cristiana. En Palabras de Puebla se dice que sus identidad consiste en “formar hombres comprometidos personalmente con Cristo, capaces de participación y comunión en el seno de la comunidad y entregados al servicio salvífico del mundo”. • Cada día ocupa un lugar más relevante en la Pastoral orgánica de la Iglesia. Ciertamente la catequesis no es toda la Pastoral, pero una Pastoral que no integra seria y permanentemente la catequesis, renuncia a algo esencial en la tarea evangelizadora de la Iglesia. • La catequesis está empeñada en suscitar procesos que afecten la profundidad de la vida: mentalidades, actitudes y valores que están en la base de los comportamientos y las acciones que producen cambios significativos según el designio de Dios. Por eso la catequesis de adultos y el catecumenado cristiano comienzan a asumirse como tareas indispensables y cotidianas en algunos ambientes. • La catequesis de América Latina se encuentra en un período de búsqueda incesante, lo cual le ofrece la posibilidad de crecer en calidad, realizándose con criterios de creatividad. Quien hoy no es creativo rápidamente queda marginado de la historia. • La catequesis está expuesta a una serie de tentaciones que debe superar con la sabiduría que viene del Espíritu: la ambición por el control doctrinal y la fascinación por la ortodoxia que se entiende como una parálisis inmovilista; pensar que la unidad y la comunión consiste en una pereza mental que no se atreve a crear cosas nuevas por temor a equivocarse; el retorno a posturas y actitudes del pasado que creímos superadas, pero que se resucitan porque en otro tiempo brindaron seguridad. • Los catequistas necesitan crecer en su personalidad eclesial, fundada en el ministerio profético que ejercen. Han de ser promovidos como personas, testigos y profetas del Reino que proclaman con su palabra, su servicio y su vida. Son intérpretes de la historia, maestros y pedagogos de la fe. Son siervos de la Palabra, de la comunidad y del Espíritu. La catequesis en América Latina no refleja sino la situación de la sociedad, de la cultura y de la Iglesia de aquella parte del continente. Allí reside el origen de sus características propias. Estas son el resultado de la manera como la comunidad latinoamericana interpreta y anuncia su fe desde su realidad. Es una catequesis contextualizada y en camino. Es un modelo distinto a los que pueden darse en otros contextos y regiones de la Iglesia. Es una catequesis al mismo tiempo antigua y nueva, social y bíblica, contemplativa y liberadora, histórica y trascendente, inculturada y universal.