Queridos hermanos:
La Pascua es un tiempo de gracia sin igual. La esperanza que brota de la Resurrección nos moviliza y nos impulsa a una profunda y renovada conversión personal y comunitaria. Esperanza y conversión que necesariamente toca toda la vida y, consecuentemente, nuestro apostolado catequístico. Este tiempo de Pascua será especial para recomenzar nuestra reflexión sobre la ministerialidad catequística. Queremos volver con renovadas fuerzas a Antiquum Ministerium y abrevar de la propuesta del Papa Francisco. Ser Ministros Laicos Catequistas implica también ser anunciadores de la Resurrección del Señor en todos los ámbitos de la vida, ser artesanos y artífices de la misericordia y la esperanza, verdaderos gestores de la caridad fraterna. Queremos profundizar la condición ministerial desde las raíces mismas de su intuición espiritual: una Iglesia ministerial, toda ella servidora. Una Iglesia que es misterio de Comunión.
Es por ello que en este mes de abril relanzaremos nuestros espacios formativos con especial énfasis en el Ministerio laical del Catequista y el Nuevo Directorio para la catequesis. Los invitamos a sumarse a la alegría de ser anunciadores de la esperanza que vive ¡Cristo ha resucitado!
¡Feliz Pascua!